Conocer a Cris y Javi fue una casualidad, ellos visitaban el Castillo de la Zoreda y nosotros estábamos montando una boda allí, en esos momentos no pude atenderlos como se merecían, pero lo entendieron perfectamente y a la semana siguiente se pusieron en contacto conmigo para empezar a preparar la suya, así que tras casi un año de preparativos, mails, whatsapps y visitas, llegó el día.

Cris y Javi llevan desde siempre juntos, así que un día de boda no bastaba para celebrar toda una vida… Por lo que el viernes antes de la boda organizaron una espicha para todos los invitados en La Noceda y después continuaron la fiesta, es lo que tiene ser joven, que no hay miedo a nada!

Cris durmió esa noche (bastante poco) en el Castillo de la Zoreda junto con su madre, a la mañana siguiente se levantaron, desayunaron juntas y se acercaron al salón, dónde ya habíamos empezado a montar y no paraban de llegar de cosas.

Sobre las 15 h llegó Bárbara de Barbareando a la habitación para peinarlas, empezó a diluviar y al rato apareció Reyes Tabarés, que al ver la cara de dormir poco de Cris no sabía por dónde empezar… quien lo diría al ver la cara espléndida de Cris tras pasar por sus manos.

Al poco llegaron los chicos de Ilusiones Visuales para grabar momentos para el vídeo y Darío Martínez para empezar a capturar momentos mágicos con su cámara.

Una vez terminadas de peinar y maquillar, llegó Nicolás Costura, quien fue el encargado de realizar los vestidos de todas las chicas importantes de la boda, empezando por Cris, con un sencillo y precioso vestido muy ella, que guardaba una sorpresa para el baile. Su madre, la madre y hermana de Javi y la pequeña de la familia, Claudia, sobrina y ahijada de los novios, que estaba hecha un bombón.

Una vez vestidas llegaron el padre y hermano de Cris a la habitación, su padre, aunque la había acompañado a las pruebas del vestido, al verla se emocionó.

Cris llevaba el pelo rizado, semi recogido con un tocado de Le Touquet, zapatos de Miss García y ramo en tonos rosas de Aromas en Flor.

Javi se vistió en casa de sus padres, muy elegante, con un traje azul de Plácido Sastre, con chaleco en cuadros verdes que le daba un toque distinto y divertido. Su mejor complemento, el reloj, que había sido de su «socio», su abuelo, que tenía que estar presente en un día tan especial.

Del brazo de su madre y madrina, entraron a la Catedral de Oviedo, adornada por Flores El Invernadero y en la que, madre e hijo, tuvieron sus momentos de complicidad. Allí estaba el cuarteto Apassionato para amenizar con su música la ceremonia.

La novia se adelantaba, así que les avisaron para hacer tiempo y que todo el mundo estuviera listo, llegaba con su padre y padrino en un Cadillac limusina de Alcucar, que hizo «sufrir» un poco a Cris cuando a punto de llegar a la Catedral decidió tomarse un descanso y no arrancar… La gente intentaba ayudar pero no había manera, así que una turista fue a avisar a la Catedral y los amigos y primos de Javi se apresuraron en ir a por la novia, así que llegó, en su Cadillac, empujado por los invitados, momentazo de la boda!

La ceremonia fue de lo más emotiva, hubo lágrimas por todos lados, pero qué bonito es cuando se llora de emoción y felicidad… Claudia, la pequeña de la familia, aún sin caminar, les llevó las arras en su «transporte» especial. Y la mejor amiga de Cris (novia del mejor amigo de Javi) hizo un discurso precioso que motivó las lágrimas de nuevo de Cris, cómo son esas amigas…

A la salida unas fotos para el recuerdo de un día que comenzó diluviando y terminó saliendo el sol, y es que para este par tenía que ser así, aunque ellos brillan con luz propia.

En el Castillo de la Zoreda les esperaba un aperitivo con toda la decoración de rincones bonitos y muy pensados para disfrute de amigos y familiares, un bodegón de bienvenida con una frase que nos costó un poco decidir entre varias porque a Cris no se le ocurrían al principio y luego no había quien la parara… un rincón del fumador elegido por Javi para los más viciosillos, un seatting plan que no dejó indiferente a nadie y sirvió también para llevarse un recuerdo de la boda…

Mientras todos disfrutaban del ágape, Cris y sus amigas se apartaron un poco para hacer una sesión de fotos súper divertidas.

Una vez en el salón se proyectó un emotivo vídeo de agradecimiento, con fotos de cada uno de los invitados, que Cris y Javi les prepararon, para finalizar con la canción «Happy» con la que daban paso a su entrada en el salón.

En el salón tampoco dejamos que faltara detalle, una completa mesa marinera de dulces y un rincón salado para los menos golosos, la zona del baile con un córner de alpargatas para que los tacones no impidieran bailar a nadie, la zona de los detalles, unos cactus de Aromas en Flor, Moscovitas de Rialto y Vermuth La Paloma

La música de la fiesta corrió a cargo de 3Event.

El primer baile tenía otra de las sorpresas de la noche, y es que la cola del vestido de Cris se desmontaba y fue precisamente en este primer baile cuando ésta se desprendía de ella, por lo que después de unos pocos nervios y salir todo a la perfección, el tema se relajó y comenzó la fiesta de verdad.

En el exterior también estaba nuestra Caravana Photocall, en la que además, después del primer baile, instalamos el Fotomatón que no pudo tener más éxito! Toda la decoración corrió a cargo de El Botón Rosa.

Cris me decía pocos días antes de la boda que le gustaría que recordara su boda siempre, y yo le decía que aunque no me creyera, siempre les iba a recordar. Casualidades de la vida, tengo varios motivos para hacerlo, uno muy especial que ellos saben y el otro, por supuesto, son ellos ❤️.

Feliz Primer Aniversario, sois muy pero que muy geniales!

Tania.